Sin esperarte, volviste a mi...
Lo que antes era un juego, se volvió una realidad...
El miedo y el dolor invadían mi ser...
¿Qué había echo mal para que me pasase eso?
¿Qué había echo mal para que me pasase eso?
Me volví a alejar.
Pasaban los años...
Había conseguido distanciarme
lo suficiente para evitar que su presencia me influyese...
Pero Ella estaba siempre ahí.
Había conseguido distanciarme
lo suficiente para evitar que su presencia me influyese...
Pero Ella estaba siempre ahí.
Me esforzaba por olvidarla...
Hasta que un día, por fin, parecía que ya no estaba...
Hasta que un día, por fin, parecía que ya no estaba...
Lo que en un primer momento me causó felicidad,
luego creó un vacío...
luego creó un vacío...
Lo que parecía un nuevo comienzo,
sólo era un final...
sólo era un final...
Y el caos invadió mi vida...
En el ojo del huracán, volvió a mi,
plantando la semilla de la posibilidad...
plantando la semilla de la posibilidad...
Pasaron muchos años,
hasta que la semilla empezó a germinar...
hasta que la semilla empezó a germinar...
Con cautela, volví a Ella...
Con cada paso, la brisa me acariciaba...
Con cada pensamiento, el calor de su abrazo me invadía...
Hasta que llegó aquel día...
En medio de la noche me perdí.
Estaba asustada, sola en mitad de ninguna parte,
sin saber hacia donde ir,...
sin saber hacia donde ir,...
Sólo podía ir hacia adelante.
Y en el camino, me vi pidiendo su ayuda...
Allí estaba...
En los campos de cereales, en la tierra arada...
En la luna que empezó a brillar entre las nubes...
En los círculos concéntricos...
Guiándome hasta un lugar seguro...
Yo dejándome llevar.
Yo dejándome llevar.
Mirando su imagen en una fachada de un pequeño pueblo,
lo entendí.
lo entendí.
Lo que empezó siendo una posibilidad,
se convirtió en un hecho...
se convirtió en un hecho...
Ella me acompaña, la siento...
He encontrado mi camino...
Y aunque a veces no la comprendo...
El amor es mutuo...