Os contaré un recuerdo demasiado intenso para ser ignorado,
un placer como nunca había conocido hasta él.
En mi mente creía olvidado,
reminiscencia en mi piel.
La suave caricia que acompañaba su voz susurrante
pasaba a ser el coro de suspiros
ahogados por el placer,
ahogados por el placer,
caricia y agarre,
besos, mordisco, deseo...
Sombra del hedonismo,
gritando ¨amor¨ al vacío.
Los cuerpos, cambiantes y variables,
danzantes de los gemidos y suspiros.
Abandono total de la mente.
Los cuerpos entre nuestras manos sólo fueron,
justos y ciegos, equilibrados en el vibrar.
Tras la pequeña muerte, siempre llegaba un profundo descanso.
Envuelta en su olor,
exhausta de la vida que no vivía cobraba un breve sentido
que escribía con sutiles palabras para no perdernos en la ilusión,
frases para volver a vivir...
Entre el laberinto de los sentidos
me abría esas ventanas al no pensar,
me abría esas ventanas al no pensar,
fugaz, como todas las estrellas que nos acompañaron.
Éxtasis que no volverá bajo tu nombre:
Muso...
" Desnudo cuerpo, serena mente..." (Manolo García)
Texto escrito en 2016
Texto escrito en 2016